¡Hola a todos! :D
Espero que les guste este capítulo, es mas corto que los demás, pero no por eso peor... No se olviden de comentar.
Espero que les guste este capítulo, es mas corto que los demás, pero no por eso peor... No se olviden de comentar.
Vestidos
El día domingo Diana, Tania, Katty y Mónica se encontraron en el centro comercial más cercano, no era el más grande ni el más lindo, pero tenía la mejor tienda de vestidos y eso era lo que ella necesitaban. Entraron en la tienda, era amplia y estaba repleta de colgadores con muchos vestidos de todas las clases y colores, al fondo se veía la caja registradora y junto a ésta un único y pequeño probador del que colgaba una cortina color rojo vino. Las chicas caminaron rápidamente a dos grandes hileras con colgadores ojeando los vestidos y revisando sus precios.
–¿No me veo gorda? –preguntó Moni luego de descorrer la cortina del probador.
Se observaba con inseguridad en el espejo estilo gótico mientras se evaluaba con la mirada.
Katty la observó con una pequeña sonrisa dibujada en el rostro.
–S… ¡Ay! –se quejó ella ya que Tani le había dado un fuerte codazo en una costilla. Su amiga le dirigió una mirada de desaprobación, pero Katty le respondió con una sonrisa angelical. Moni no había prestado atención a esto, seguía mirándose en el espejo, ahora arreglándose su liso cabello.
–Ese color no te queda bien –le dijo Diana observando el vestido de un color morado demasiado oscuro que hacía que la palidez de Moni destacara demasiado.
Recorrió la tienda en busca de un vestido para su amiga, después de un par de minutos encontró uno muy bonito de color rosa pastel con un adorable corte princesa que seguramente le quedaría genial.
Moni entró a probárselo con mucho entusiasmo, mientras sus amigas se quedaban hablando a la espera de que saliera.
–¿Sabes si Bel irá al baile? –preguntó Tani observando una gran y elegante lámpara que colgaba del techo, la cual tenía encendida solo tres de sus cinco luces.
–Creo que sí –respondió Diana con un pequeño asentimiento–, Peter la invitó.
–¿Peter? –se extrañó ella y su amiga recordó que el día viernes Tania había salido con Dan y no los había acompañado a tomar batidos de fruta.
–Si, lo conocimos el viernes –le explicó Katty antes de que Diana tuviera la oportunidad–. Es bastante agradable.
Tania sonrió, pero sus amigas no supieron el porqué, en ese momento Moni salió del probador con una gran sonrisa en el rostro.
–¡Amé este vestido! –exclamó con alegría marcando mucho la primera palabra y sacudiendo la prenda frente a ellas, muy cerca de sus caras –. ¿Ustedes que van a llevar?
Sin esperar respuesta se dirigió dando saltitos a la caja registradora.
Tania enseguida entró en el probador llevando un vestido cruzado de color azul. Cerró la cortina y se lo puso rápidamente. Tardó un tiempo en decidirse, era ajustado, pero le preocupaba que fuera demasiado corto.
–¿Sigues viva? –le preguntó Katty desde fuera cuando el tiempo que tardaba su amiga comenzaba a parecer excesivo.
Tania descorrió la cortina y le mostró el vestido a su amiga para saber su opinión.
–Te ves genial –le dijo Katty sonriente y cerró la cortina con la mano en la que sujetaba otros dos vestidos.
Tania sabía que Katty no le mentía, era una de las personas más sinceras que conocía y se notaba enseguida cuando no decía la verdad.
Volvió a ponerse su ropa y le dirigió una última mirada a su reflejo. Pasó las manos por su alocado cabello, pero éste siguió tan rebelde como siempre. Salió del pequeño probador y se lo cedió a Katty.
Diana mientras tanto rebuscaba entre los cientos de vestidos, sin encontrar nada que le llamara mucho la atención. Después de que se probara uno color negro que era demasiado largo y uno de color amarillo demasiado chillón, su paciencia, y no es que tuviera mucha, comenzó a agotarse.
Estaba empezando a creer que tendría que robar algo del armario de su madre cuando encontró el vestido ideal. Era un vestido globo de color lila claro con un escote recto sujetado por solo un solo tirante y sin espalda.
–Te queda perfecto –le dijo Tani al verla.
Diana sonrió complacida “perfecto” era justamente lo que necesitaba para ser sincera, no había sido tan difícil encontrarlo después de todo.
–Este llevaré –aseguró
Cuando lo fueron a pagar vio que Katty llevaba un vestido de un color verde muy bonito para ella, pero no logró examinarlo más minuciosamente. Se dirigieron a comer algo al segundo nivel. Compraron unas hamburguesas y se sentaron en la única mesa libre que fueron capaces de hallar entre todas, sacudieron unas migajas que la cubrían y comenzaron a charlar distraídamente.
Moni no estaba participando de la conversación, algo que no era muy normal en ella, parecía absorta en sus propios pensamientos, mirando fijamente a la nada con el ceño ligeramente fruncido. De un momento a otro se giró hacia ellas y habló con un tono dolido.
–¿Saben? Aún no puedo creerme que Bel haya hecho eso –suspiró y luego añadió–. Yo pensé que la conocía muy bien, pero es obvio que me equivocaba.
Tania la miró poniendo los ojos en blanco, a diferencia de Diana, ella tenía mucha paciencia, pero aún así ya estaba harta de que Moni sacara ese tema cada dos por tres, había hablado tantas veces de ello en la última semana que ya no soportaban escuchar ninguna palabra más. Intentaban cambiarle el tema cuando lo mencionaba pero siempre encontraba la forma de dirigir la conversación hacia Bel.
–Moni, Bel hizo lo que hizo y ya no hay forma de volver a atrás –dijo con un tono de voz como de quien trata de explicar a un niño algún concepto complicado–. Así que, por favor deja insistir ¿Quieres?
Moni la observó con sus ojos negros profundamente tristes y luego hundió su cabeza en sus manos, haciendo que su cabello negro cayera como una cortina, ocultándola–. Fue mi amiga por tanto tiempo –gimió con voz ahogada. No era la primera vez que escuchaban eso, pero ya habían perdido la cuenta.
Diana suspiró y comenzó a pellizcar el pan de su hamburguesa deshaciéndose, una por una de las semillas de sésamo. No entendía porque a Moni le afectaba tanto y como era capaz de darle tantas vueltas al tema. Nadie nunca había imaginado que Bel hiciera una cosa así, siempre había sido una chica algo tímida y su aspecto inocente, pero no era algo como para ponerse a llorar como hacía su amiga.
Miró a Katty que trataba de contenerse mordiéndose el labio con fuerza, pero en el momento que Moni soltó un sonoro suspiro de frustración, ella no lo aguantó más y algo exasperada exclamó:
–Mónica, detente ¿Acaso crees que a todas nos gusta verte lloriquear como un bebe?
La aludida levantó la cabeza y miró a Katty con un profundo odio, no tenía lágrimas en los ojos, pero sus mejillas estaban encendidas de rabia.
–Tú no entiendes por lo que estoy pasando –dijo apresuradamente–. Tú no tienes idea de cómo me siento, no tienes idea de nada.
–¡Claro que no! –exclamó ella abriendo mucho sus ojos de color grisáceo– Nadie entiende porque haces de esto un gran drama, la cosa ya va bastante mal para Bel como para que tú se lo empeores ¿O es que acaso te gusta Diego?
Moni abrió sus finos labios, pero los cerró de inmediato. Tania observaba intermitentemente a sus amigas, sabiendo que si trataba de calmar la situación solo haría que se gritaran más.
Nadie dijo ni una sola palabra durante un largo y molesto minuto en que la atmósfera se habría podido cortar con un cuchillo. Entonces Moni las miró, una pequeña lágrima resbalaba lentamente por su pálida mejilla.
–Así es –murmuró con un volumen casi inaudible. Diana le devolvió la mirada perpleja. Moni se secó la lágrima con una servilleta y luego añadió con algo de indecisión, pero con mucha claridad y cierto valor infringido por su enojo hacia quien había sido su amiga y ahora odiaba con toda su alma–. Me gusta Diego.