domingo, 3 de abril de 2011

Capítulo seis :D

  ¡¡Holaaa!! Antes que nada, perdón por no haber subido el sexto capítulo antes, pero había que arreglar unos detalles.
  Aqui esta, espero que les guste (:

                              Esperando
S

u teléfono sonó por segunda vez, tuvo que correr un poco, pero logró alcanzarlo, con una mano, antes de que se cortara la llamada, al tiempo que con la otra tomaba su chaqueta y bajaba saltando las escaleras.
  –¿Hola? –dijo con voz que trataba de sonar normal, como si no hubiera estado corriendo por su casa los últimos cinco minutos, luego de despertarse más tarde de lo que debía, pero eso le resultaba difícil si tenía que seguir corriendo para poder encontrar la llaves de su casa entre todo el desorden de su hogar.
  –¿Diana? ¿Dónde rayos estas? ¿Vas a venir verdad?–la voz de Tania era molesta y no la culpaba, debía haber llegado a su casa hace mas de una hora, pero se había retrasado… un poquito, pero era domingo, y tenía derecho a descansar ese día, además de que ayer se había quedado despierta bastante tiempo luego de salir con Alex. No había podido pegar un ojo hasta las cuatro de la mañana, tenía demasiadas cosas en la cabeza y tuvo que darse un tiempo para aclararlas y pensarlas con tranquilidad, ahora estaba muerta de sueño, pero al menos le había servido bastante.
  –Estoy allá en quince minutos –aseguró decididamente mientras salía por la puerta de su casa y miraba al oscuro cielo ¡Vaya día que escogió Tani para hacer algo en su casa! Ver las nubes grisáceas solo le daban ganas de dar medía vuelta y volver a acostarse en su cama. Esa idea la hizo bostezar arruinando el efecto enérgico con el que había hablado.
  –Está bien, pero apúrate, Sam es completamente inútil encendiendo parrillas, así que si no llegas no vamos a tener que comer.
  Diana sonrió. Lo sabía, ella era la única que podía hacerlo, no era gran cosa, pero de todas formas la hacía sentirse orgullosa de si misma.
  –Llego enseguida, voy camino para allá ¡Adiós!
  Cortó su teléfono y lo guardó en su bolsillo examinando el lugar mientras pensaba:
  –Está bien… la casa de Tani está a veinte minutos por esa calle, pero si voy por el parque…
  Algo detuvo sus pensamientos y la paralizó completamente, poniendo sus ojos de un gris tan denso como el frio color que tenía el cielo de ese día.
  A una distancia relativamente corta se encontraba Diego. El mismo Diego de su escuela, el mismo Diego que en ese momento, supuestamente, estaba saliendo con Maribel. Y no se encontraba solo, se encontraba a mitad de un entusiasmado beso con una chica de cabello oscuro y ojos rasgados.
  En tan solo un segundo que duró en asimilar la imagen sus ojos adoptaron una tonalidad completamente distinta, una mas parecida al rojo que cualquier otro color. La rabia se apoderó de ella y tuvo que resistirse a la tentadora idea de ir hacia donde se encontraba Diego y gritarle en la cara lo asqueroso que era, pero trató de tranquilizar su mente y tomar una mejor solución al respecto. Sabía que una persona jamás debe tomar decisiones cuando está tan enojada.
  Corrió en la dirección que se encontraba la casa de Tania, tratando de pasar lo más lejos posible de Diego y la chica desconocida con la que seguía besándose. Lo que antes fueron veinte minutos se redujeron a muchos menos de la mitad, su pecho estaba contraído y su ceño se fruncía cada vez más de miedo y preocupación.
 
  –¡Bel! ¿Cuándo vas a salir? –exclamó Moni con voz irritada.
  Maribel estaba sentada en una esquina, cansada, frustrada y sobre todo mal. Ignoró por completos los golpes que su amiga daba a la puerta del baño, su mente estaba asolada por problemas más importantes en ese momento.
  Su frustración provenía exactamente de eso, un problema muy grave que no tenía idea como solucionar o enfrentar, y de todas formas, debía hacerlo
  –¡Maldición, maldición, maldición! –su voz se escuchó tan aguda y llena de pena que incluso a ella misma le asustó al oírla y volteó la cabeza a su alrededor para poder asegurarse de que ese sonido había salido realmente de sus labios y que no había nadie más escondido ahí sin que ella lo notara.
  Volvió a mirar el test de embarazo, como si el resultado de este hubiera cambiado milagrosamente, pero seguía mostrando positivo, al igual que antes.
  –Ok, ok –intentó tranquilizarse a sí misma ¿Pero qué sentido tenía? era algo malo por donde se le mirase–. ¿Qué rayos voy a hacer? No tengo dinero, no tengo trabajo, es de…  maldición… Diego.
  Comenzó a llorar, no sabía que pasaría de ahora en adelante ni como decírselo a su "novio". Tampoco sabía como lo iba a cuidar… no quería quedarse congelada a sus dieciséis años cuidando a un niño y sin estudios, sonaba como un pésimo plan, ella no era buena planeando nada, pero nunca imaginó que algo así fuera a pasarle.
  –¡¡Bel!!
  Moni comenzaba a irritarla y ahora que lo pensaba mejor, era una mala idea hacer esto en la casa de Tania, pero aunque lo hubiera pensado antes, no podía hacerlo en su casa, sus tíos de seguro la descubrirían y prefería mil veces que sus amigos lo supieran primero, ellos la entenderían mejor.
  Se secó la cara y trató de poner una expresión normal para cuando saliera, pero su rostro no dejaba de crisparse involuntariamente en una mueca, como si acabara de probar algo extremadamente ácido.
  Apenas abrió la puerta unos centímetros, Moni entró corriendo, solo ahí Bel se dio cuenta de la enorme mancha de salsa que tenía Mónica en su chaqueta blanca.
  Fue a la puerta donde el timbre llevaba sonando desde hace hacía rato, al parecer todos en esa casa eran unos perezosos como para abrir, probablemente si hubiera sido un día normal, ella se habría encontrado entre ellos también, tan indiferente a que debía atender la puerta como el resto.
  Afuera de la casa se encontraba Diana, con una mirada que, aunque Bel ya hubiera visto unas ocasiones antes en su vida, seguía poniéndole los pelos de punta, en especial el extraño destello rojizo que a veces despedían sus ojos. La miró con preocupación, pero antes de que preguntara que pasaba, Diana comenzó a hablar.
  –Escucha Bel –dijo con cuidado mientras se acercaba a ella– vi a Diego en el parque y… estaba… con alguien… –la voz se le fue apagando poco a poco y Bel sintió que se le revolvía el estomago sin embargo miró a Diana con decisión para que continuara, pero escuchar el resto de la historia que esta le contó no la hizo sentirse en ningún modo mejor, era como si las palabras que salían de la boca de Diana chocaran contra ella con tal potencia que llegaban a doler de verdad. Era lo último que le faltaba, intentó por todos los medios mostrarse indiferente, como si eso no le afectara en absoluto, pero ese día en específico no tenía las fuerzas para fingir y notó nuevamente que era inútil aparentar que todo estaba de maravilla cuando su vida se destruía a pedazos.
  –Todo esto no está bien –dijo Bel sin dejar que Diana terminara.
  Las lágrimas cayeron por sus mejillas y no entendió en que momento, comenzó a hablar y a contarle a Diana todo lo que sucedía, no había querido explicarle a nadie de esa forma pero no sentía que tenía ninguna otra opción, necesitaba urgentemente soltar toda esa angustia que le oprimía el pecho y descargar de una vez todas sus preocupaciones, por que guardarlas dentro de sí solo hacía que estar crecieran más y más, y claro también por el hecho de que no podía guardar ni siquiera sus propios secretos.
  Diana la escuchó y trató de permanecer con un gesto impasible, pero Bel de todas formas notó su sorpresa y un montón de otras emociones, nadie podía quedar indiferente ante una revelación así.
  Bel se sentó, agotada, bajo un árbol tratando de pasar desapercibida, pero Tania y Moni las vieron desde lejos y se acercaron para ver que era lo que ocurría. Diana reparó en que ésta se ponía muy nerviosa, y supuso que no debería querer que todos en esa casa supieran la verdad, al menos no por ahora. Le lanzó una mirada de aviso a su amiga y se marchó mientras las demás le hacían preguntas, ella se encargaría de ver si quería contarles o no a Tani y a Moni, mientras ella se encargaba de que los demás, Derek, Sam y Katty, no notaran lo que estaba ocurriendo.
  Cuando llegó al lugar donde habían instalado la parrilla vio a Sam soplando e intentando prenderla inútilmente por todos los medios posibles, y a Katty y a Derek que acababan de salir por la puerta.
  –¡Hola Sam! –trató de saludar alegremente, pero en su voz aún se notaba la preocupación y pena por su amiga.
  –Hola ¿Qué tal Diana? –dijo sin levantar la vista de la parrilla. Sam casi siempre saludaba diciendo ‘’¿Qué tal?’’ pero Diana no sabía que rayos se debía responder a esa pregunta, siempre solía ponerla incomoda, incluso cuando hablaba con su amigo, en especial ese día.
  Lo pensó un  poco y luego dijo:
  –Hum… ¿Y cómo te va con el fuego?
  –No muy bien, supongo que tu eres la única que sabe hacer estas cosas –dijo aun mirando la parilla con todo el odio que le era posible.
  Por primera vez, Diana no pudo sonreír de orgullo ante eso, su mente se había quedado en la conversación con Bel y ahora se preguntaba que como estarían reaccionando sus amigas ante lo que les hubiera confesado ésta, por que estaba claro que terminaría confesándoselos.
  Esta vez Sam si se percató que pasaba algo extraño, levantó la cabeza y vio la cara que tenía Diana, se veía extraña.
  –¿Algo anda mal?
  Ella notó que no estaba haciendo bien su trabajo, se tranquilizó y habló lo mas natural que podía.
  –Tu forma de encender la parrilla es horrible, solo eso –Sam la miró con los ojos entrecerrados y ella sonrió forzadamente– déjame a mi hacer eso.
  Diana se colocó junto a su amigo y para sorpresa de él en menos de un minuto ya había prendido el fuego
  –¿Ves? Es fácil –ahora Diana si sonrió de verdad, lo había hecho realmente rápido.
 Sam masculló algo así como ‘’hiciste trampa’’ mientras ella reía.
  ­–Oye ¿Dónde están Tania, Moni y Bel? –se extraño él haciendo que Diana se pusiera seria.
 –Hum… Creo que están dentro de la casa –mintió tratando de inventar algo para que Sam no le diera importancia– Tal vez fueron a abrigarse mas, ya sabes, el día esta horrible –ambos miraron el cielo, coincidiendo que era el peor día del año hasta el momento, el invierno parecía haberse adelantado completamente –¿Y Derek y Katty?
  –Fueron a comprar bebidas, ya deben de volver… –explicó hablando cada vez más bajo y adoptando una expresión pensativa.
  Diana se preguntó que pasaría por su mente, pero no le dio importancia, Sam siempre se perdía en sus pensamientos. Permaneció así un corto tiempo luego suspiró y miró las llamas que crepitaban en la parilla.
  –Gracias por encenderlo, aunque estoy seguro de que tienes algún truco sucio para lograrlo –bromeó Sam y se acercó a Diana para abrazarla por la cintura.
  –Claro que no, solo basta tener cerebro y paciencia –respondió ella poniendo los ojos en blanco aunque se sintió un poco incomoda por que Sam no la soltaba. Contó hasta diez en su mente y luego decidió que tenía que decirle algo, reunió las palabras tratando de que sonaran amables.
  –Sam…
  Él no la dejó terminar, suspiró y luego se alejó un par de pasos.
  –Si, si lo sé, tres metros de distancia –dijo con voz monótona.
  –Yo nunca dije eso –exclamó algo enojada, cogió un mechón de su cabello y tomó aire para hablar– Pero Sam… ¿Va a ser lo mismo todos los años? Sabes bien como termina, solo somos amigos.
  Él abrió la boca, pero la cerró sin decir nada y luego dijo con voz resignada:
  –Está bien, me parece, somos amigos.
  –¿Está bien? –se extrañó ella, estaba segura de que eso no era lo que Sam iba a decir unos momentos antes.
  –Sí, está bien ­–aseguró asintiendo con la cabeza.
  Ella lo miró con desconfianza, pensando que tal vez planeaba algo, cada año, antes de que Sam aceptara la realidad pasaba al menos una semna entera en que ni siquiera le dirijía la palabra. Pero de todas formas, no podía ser algo tan malo, a lo mejor hablaba enserio.
  Sam volvió a colocarse junto a ella, pero sin tocarla.
  –Ok, entonces dime ¿Qué es lo que pasa con Alex?
  Diana se sorprendió y tomó nuevamente el mechón de su pelo que había dejado caer sobre su hombro.
  –¿Alex?
  –Claro, somos solo amigos, puedes decirme ¿O no?
  Entendió lo que se proponía, pero no supo como él podría haberse dado cuenta de cualquier cosa que hubiera pasado entre Alex y ella, ni siquiera sabía que habían ido a la fiesta de Heioupi.
  –No pasa nada –aseguró, aunque no con tanta firmeza como habría sido ideal.
  –Dime la verdad –Sam la miró escéptico, la conocía desde hace años y no se dejaba egañar tan facilmente.
  –Es verdad, solo hemos hablado un par de veces –dijo ahora con seguridad, y no mentía de ninguna forma, era exactamente todo lo que había pasado, encontrar un ‘’vacío legal’’ siempre la ayudaba a mentir mejor.
  Sam suspiró sonoramente.
  –Bien... pero ya que no creo que quieras ¿Con quién voy a ir a la fiesta de las hojas?
  La fiesta, o mas bien baile, de las hojas, era la cosa más aburrida que podía existir, la organizaba la escuela cada año con el único motivo de celebrar… ¿Las hojas?
  Sin embargo cada año asistía con sus amigos solo para hacer algo, con ellos no lo pasaba tan mal.
  Le extraño que Sam le preguntara por eso, siempre iban en grupo y además todavía faltaba un mes entero. Tal vez fuera otra estrategia de algún plan.
  –Creo que Moni no tenía con quien ir –dijo a la primera que se le ocurrió.
  Sam pareció disgustado pero de todas formas dijo:
  –Claro, le preguntaré.
  Diana le sonrió y en ese momento llegaron Katty y Derek trayendo unas bolsas de supermercado con varias cosas dentro.


   Bel, Moni y Tania habían entrado a la casa a sugerencia de esta última para que no llamaran la atención de los demás, tal como Diana imaginó, Bel terminó contándoles lo ocurrido, tarde o temprano lo sabrían igual y ella necesitaba todo el apoyo posible en ese momento.
  Ambas reaccionaron de forma distinta, Tani estaba completamente atónita, pero definitivamente la más afectada fue Moni, pero por alguna razón la noticia la ponía más furiosa de lo que Tania y Bel la habían visto en toda su vida.
  –¡Se acabó! ¡Esta es la gota que derramó el vaso! –chilló para sorpresa de sus amigas apenas Bel terminó su relato–. Ya no te reconozco, Me da pena mirarte.
  En un sentido era verdad lo mucho que impresionaba como había cambiado Maribel en tan poco tiempo, hasta casi convertirse en una persona completamente opuesta a la que era hace mas o menos un año, pero de todas formas el comportamiento de Moni era más agresivo de lo que requería la situación.
  Bel la observó con los ojos muy abiertos, como si Moni le hubiera pegado una cachetada, ésta tomó su chaqueta algo húmeda que había dejado en la ventana, con la esperanza de que se secara un poco ante el inexistente sol, y caminó hacia la puerta dando zancadas.
  Tania la alcanzó y le tomó el brazo.
  –Espera, espera, espera –puso su mirada directa en los ojos negros de Mónica– ¿Qué diablos estás haciendo?
  –¿No lo ves? –dijo con tono exasperado–. Se arruinó sola, me tiene harta.
  –Moni, somos sus amigas, no la vamos a juzgar. Necesita nuestro apoyo ahora –echó un vistazo hacia Bel intentando sonreírle–. Por favor, ya tiene suficiente con eso.
  –No me importa –murmuró Moni con voz temblorosa, como si fuera ella la que estuviera a punto de echarse a llorar.
  Luego se fue dando un portazo. Unas gotas comenzaron a del cielo y escucharon como golpeaban contra el techo, al mismo tiempo que las lágrimas volvían a caer de los ojos de Bel. Ya no podía hacer nada.

8 comentarios:

  1. Me encanta la historia de verdad escriben genial, pasense un dia por histeria...http://histeria2011.blogspot.com

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  2. Escribes genial y tu historia me encanta...Te sigo!!
    Yo también tengo blogs de historias pasaté :D luego tengo uno de noticias y cosas que me pasan más personal :)

    Bueno espero el siguiente capi
    Un Saludo!!!

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  3. hola muchas gracias por pasarte por mi blog, tu historia esta muy interesante. Escribes muy bien Ya me hice tu seguidora si deseas haces lo mismo. Te deseo un lindo día e invito a que te pases por mi nueva historia esta punto de comenzar. Un beso y cuidate.

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  4. esa moni tambien tiene algo extraño celos o que jajaja sigan asi la historia esta genial

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  5. Esta Moni tiene celos o k?, y en casos d tenerlos... D kien?, de Bel o d Diego?... Con esto kiero decir k lo mismo ella ta enamorada d alguno d los 2... Todo es posible.

    Voy a ver si lo averiguo!!!

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  6. wwoooooo! Bel, embarazada, ya me lo esperaba, con razón diego ya no la pescaba más, es uno de esos hombres que cuando consiguen lo que quieren se van, y Moni, me parece que ella tuvo algo con diego :S quien sabe?
    Tendré que seguir leyendo!

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  7. Uyy que masl pobre Bel y ese estupido de Diego!!! ufff pobre de ella, por lo menos Diana le aclaro todo a Sam!!!

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  8. El capítulo cada vez esta mas intrigante y yo mas enganchada que nunca a tu historia. me gusta mucho es diferente a las demas

    saludis vampi

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