viernes, 8 de abril de 2011

Séptimo Capítulo

 Holaa, antes de subir cualquier cosa, queremos como siempre agradecer y mandar un saludo a toodos nuestros seguidores (tambien los de twitter) y en especial a aquellos que se animan a comentar, por que no se imaginan lo mucho que nos animan sus comentarios :)
  Bueno aqui está el capítulo, ojala les guste ^.^

 
  Todo pasa por algo
A

lex miraba a Diana fijamente.
 –¿Cómo te va? –preguntó con una hermosa sonrisa radiante, típica de él, eso hizo en parte sacar a Diana de su ensimismamiento, no recordaba haber estado manteniendo ninguna conversación con Alex.
  –¿Qué? –respondió ella confundida, algo en su cabeza no captaba la pregunta, aun seguía impactada por lo de Bel, pensó que, un día después de que lo supo, la noticia tal vez le impactaría menos, pero al contrario, la tenía casi más impresionada que cuando su amiga se lo conto, ya que ahora le parecía una realidad mucho más cercana. Además odiaba la idea de que fuera de Diego, no podía imaginar un peor padre en todo el universo.
  –¿Estás bien?
  –Oh, sí claro, perfectamente –no hizo falta mucho para que Alex notara que ella no estaba en la conversación.
  –Me divertí mucho el sábado –comentó de todas formas.
  Diana lo miró distraídamente como si todo lo que dijera fueran vagos murmullos sin sentido en su cabeza, aún así trató de entenderlos.
  –Yo igual –respondió después de demasiado tiempo.
  –¿Te pasa algo?
    No podía decirle nada de Bel, no es que no confiara en él, la verdad apartando el hecho de que lo conocía hace una semana confiaba plenamente en él, y por alguna extraña razón, incluso más que en personas que conocía desde antes. Era solo que no es un asunto de ella, pronto gran parte de la escuela lo sabría, es difícil ocultar algo así, menos cuando el secreto pertenecía a Bel, pero eso iba a ser a su tiempo.
  –Es que no dormí bien y cuando tengo sueño estoy… desatenta ¿Qué me decías?­ –inquirió mirando a Alex decidida a prestar más atención ahora, a pesar de que su subconsciente insistiera en regresar al tema anterior.
  –Que lo pase bien el sábado –respondió sin perder el tono jovial que había usado con anterioridad.
  –Si, yo también, fue asombroso,… realmente divertido –explicó ella, quería que él entendiera lo genial que lo había pasado pero las palabras y la forma de expresarlo no lograban llegar a su mente en ese momento.
  Diana observó a Moni corriendo alegremente hacia ella.
  –¡Sam me invitó al baile! –exclamó con alegría al momento en que llegó a su lado y levantó sus brazos hacia al cielo como si fuera a recibir un montón de aplausos por ello.
  Ella recordó, ya que Tania se había encargado de explicarle, la manera en que Moni había actuado cuando Bel le contó lo que ocurría, pero decidió ignorarlo a pesar de que se sentía sorprendida por lo insensible que esta estaba siendo con quien se suponía era su amiga.
  –¿Y tu que le dijiste? –preguntó Diana sintiendo que era la pregunta más estúpida del mundo y trató de sonreír, fingiendo una felicidad y emoción que no tenía realmente.
  –Por supuesto que ¡Sí!
  –Bien por ti y por Sam –le aseguró preguntándose si Moni esperaría que la abrazara o que le dijera quien sabe que cosa.
  Sin embargo a ésta parecía darle igual lo pésima que fuera la respuesta de Diana, tal vez ni siquiera lo había notado. Tomó aire para responder con la misma emoción, pero Alex la interrumpió antes de que cualquier sonido saliera entre sus finos labios.
  –Sam… ¿Ese no es el que fue a la tocata contigo?
  –Sí, así es –Diana se encogió de hombros sintiéndose completamente incómoda y mirando de reojo a Moni.
  –Debió ser una gran cita –dijo Moni riendo con socarronería, tenía un tono sarcástico y los ojos en el cielo.
  Alex le dirigió una mirada de pocos amigos, pero ella lo ignoró, ni siquiera lo había mirado.
  –Me alegro mucho –dijo Diana con voz apagada, deseando que Moni se marchara de allí lo antes posible.
  –¡Diana! Me tienes que ayudar a buscar un vestido.
  En verdad Mónica si necesitaba ayuda, el último no le quedaba muy bien y con su figura no debería ser difícil encontrar un lindo vestido para ella.
  –Luego lo arreglamos –decidió apresuradamente.
  Ella asintió y se dio media vuelta para marcharse a grandes saltos.
  –Wow ¿Miss simpatía? –comentó Alex observando como se alejaba.
  Diana no pudo evitar reírse.
  –Me encanta esa risa –le dijo Alex sin poder contenerse, pero no lo lamentó porque Diana lo observó con los ojos brillantes, ahora si prestándole verdadera atención y dejando en un lado muy apartado de su cerebro los problemas de Bel, Moni y Diego que no le pertenecían, ella tenía su propia vida, y la verdad ésta no estaba nada mal como para no darle su merecido interés.
  –¿Enserio? –preguntó algo conmovida y sorprendida a la vez.
  –Sí, es agradable.
  –Oh sí, es gracioso –balbuceó algo nerviosa–, porque la primera vez que escuche tu risa pensé que era encantadora.
  –Gracias, la ensayo todos los días.
  Diana rió nuevamente haciendo a Alex sonreír. Caminaron para sentarse juntos en los escalones de la escalera, donde comenzaron a hablar de trivialidades.
  –Ag, el jueves tengo que ir a la casa de mis tías y no las soporto –comentó Diana después de un pequeño silencio.
  –¡Ven a mi casa!, tengo películas muy buenas –propuso Alex, sonriendo de tal forma que era imposible negarse.
  –Eso sería estupendo –dijo mientras su corazón daba un vuelco.
  –¿Qué película quieres ver? –preguntó después de observar nuevamente un brillo en los verdes ojos de Diana.
  Ella se encogió de hombros, no era la película exactamente lo que la emocionaba tanto, la verdad eso poco le importaba.
  –Sorpréndeme –se limitó a decir.

  –¿Por qué te dan miedo las alturas? –susurró Tania mientras estaban sentados en la banca de Dan que en los últimos días habían compartido en casi todas las horas libres que tenían, por lo general, ahí nadie los molestaba, la gente que pasaba por su lado ni siquiera los miraba, no había nada que les importara menos, ya fuera si en ese lugar había un portal a otro mundo o un simple chico al que nadie hablaba, para ellos era solo un vacío, demasiado insignificante para merecerse dos segundos de su preciada atención.
  –No lo sé, desde que tengo ocho años me aterran –Dan la miró sonriendo–. ¿Tú no le tienes miedo a nada?
  –Claro que no.
  –¿Enserio? –dijo Dan subiendo una ceja.
  –Esto es estúpido, pero… le tengo miedo a las agujas –confesó algo avergonzada y le lanzó una mirada a Dan para ver su reacción.
  –¿Agujas? –se extrañó él.
  –Sí, las cosas punzantes –le explicó Tania haciendo una mueca de dolor y cerró los ojos fuertemente mientras se estremecía de solo pensarlo.
  –¿Es enserio? –preguntó riendo.
  –¡Me aterran!
  Ambos rieron con fuerza. Tania lo observó con una sonrisa y Dan volvió la vista al piso mientras su rostro se tornaba de un color rojizo claro, ella no dejo de sonreír y se acercó un poco a él, en un segundo la cara de Tani cambió completamente de alegría a una mueca de disgusto.
  –¿Qué pasa? –preguntó el muchacho notando la variación en el semblante de la chica.
  –Mi otro terror… –dijo molesta mirando a Andrew que caminaba hacia ella.
  Andrew se detuvo en frente de Tania y Dan, examinando a este ultimo de pies a cabeza, detrás de él estaba Freddy, haciéndole un gesto a Andrew para que se marcharan, obviamente no le hizo caso.
  –¡Hey Tania! Deberías estar con un campeón no con un perdedor.
  –Andrew, estoy con un campeón –le dijo ella con una mirada tan fría que podría haber congelado a Andrew si se lo propusiese–. Ahora vete.
  Andrew no se alejó, de hecho, en un gesto increíble,  dio un paso adelante, atravesando la línea invisible que separaba la banca de Dan de el resto del mundo, incluso la última vez que había venido a molestar a Tania había mantenido una distancia decente, como haría cualquier persona, aunque en lo posible evitaban detenerse ahí.
  Freddy soltó un débil ‘’¡Oh!’’ de asombro, como si lo que su amigo hubiera hecho fuera una gran hazaña, que demostrara valentía, o algo realmente estúpido, que nadie haría en su sano juicio.
  Tania se paró bruscamente mientras Dan la observaba impresionado. Abrió la boca para hablar, pero lo que se proponía decir nunca nadie lo llegó a escuchar, ya que en ese momento Andrew la tomó de la mano y la tiró hacia él, apretándola con fuerza entre sus brazos, la besó.  
  Tania se separó de inmediato, con un gesto de asco en su rostro, todo esto ocurrió en tan solo un instante, pero lo que pasó después fue mucho más sorprendente.
  –Andrew, ya basta –Dan se había puesto de pie, y su voz sonaba fuerte y segura, Tania nunca la había escuchado así–. Si la vuelves a tocar juro que…
  Andrew avanzó otro paso mientras hacía una mofa.
   –¿Qué, vas a pelear princesa? –se burló empleando un tono engreído e irónico.
  Dan se acercó a Andrew ignorando por completo a Freddy que lo miró con cara preocupada y moduló ‘’corre’’.
  –No te tengo miedo –aseguró con voz que lo respaldaba, ya que cargaba de coraje y decisión cada sílaba.
  –Pues deberías –susurró Andrew y luego antes de que nadie fuera capaz de hacer o decir cualquier cosa Andrew le propinó un golpe en el medio de su cara, rompiéndole la nariz.
  Éste, mientras se llevaba las manos al rostro, cayó al suelo y se golpeó la cabeza. Sus lentes volaron por los aires y fueron a aterrizar a los pies de Tania que observaba la escena con la boca entreabierta.
  –¡Dan! –gritó ella con horror, se arrodilló a su lado llorando con rabia.
  Andrew se fue corriendo rápidamente, haciendo gala de una enorme cobardía. Freddy se acercó a Tania lentamente.
   –Lo siento ­­–murmuró atropelladamente­–, Andrew no siempre es así… Creo que lo mejor sería que llamaran al hospital rápidamente porque aquí no estará bien.
  Tania asintió sollozando, pero no podía llamar con su teléfono celular, había gastado todo su dinero llamando a sus amigos para contarles las novedades entre ella y Dan. Miró a toda la gente que se había reunido alrededor de Dan, logró localizar a Katty, fue un pequeño alivio en medio de ese océano de desesperación.
  –¡Katty! –dijo llamándola con la mano, ella se acercó y se agachó para oír a su amiga– llama a la ambulancia ¡rápido!
  –Está bien –tomó su teléfono y se alejó en el mar de gente que murmuraba frenéticamente.
  Tania alargó una mano y recogió los lentes del chico, que estaban asombrosamente intactos y los guardó en su bolsillo, luego miró a Dan y le acarició su rubio cabello.
   –Estarás bien, tranquilo –murmuró, aunque su voz sonaba como si no se creyese a si misma ni en lo más mínimo.
  Freddy le sonrió a Tania tratando de tranquilizarla.
 
  –¡Diana! –Katty corría alterada hacia ella y agitaba los brazos rápidamente.
  Ella se sobresaltó y se levantó de un salto de su asiento, donde hace poco había estado con Alex y ahora se dedicaba a pensar en ello.
  –¿Qué pasa? –preguntó mirándola y regresando su mente a la realidad que en ese momento le pareció demasiado confusa y alterada, por lo que deseó volver a su ensueño donde solo estaba ella y Alex…
  –Tenemos que ir al hospital ¡ahora! –exclamó.
  –¿Qué?
  Katty estaba desconcertada y hablaba muy rápido.
  –Dan esta en el hospital, Andrew lo golpeó.
  –¿Qué? ¿Cómo? ¿Cómo rayos voy a ir al hospital?
  –¡Yo te llevo! –dijo rápidamente –. ¡Pero vamos rápido!
 
  El hospital tenía una apariencia deprimente y fría. Alex y Tania estaban en la sala de espera compartiendo un silencio que dejaba bien en claro la frustración de ambos, lo único que acompañaba al silencio era la incesante manecilla de un reloj que colgaba en la blanca pared, aunque este solo parecía agravar la tención con su molesto ‘’tic, tac, tic, tac…’’
   Al ver entrar a Katty y a Diana, Tania corrió a abrazar a esta última.
 –Fue horrible… –murmuró, pero la voz se le quebró, se percibía el miedo en el leve temblor que tenía.
  –¿Cómo está?
 Tania comenzó a llorar suavemente en el hombro de Diana, no parecía en condiciones de poder proporcionar ninguna respuesta, por lo que Miró a Alex, tal vez él podría aclarar su duda.
  –Aún no sabemos nada Diana, hemos estado aquí solo unos quince minutos –respondió, su expresión y su tono de voz tenían un matiz compungido.
  Diana deseó acercarse a él, pero su amiga continuaba derramando lágrimas sobre su hombro
  –Tranquilos, estará bien. Lo mas probable es que no le pase nada malo.
  Sonrió hacia Alex y dio un par de palmaditas en la espalda de Tania, tratando de calmar su llanto.
  Katty, que había observado la escena preocupada, fue a sentarse en una silla de aspecto incomodo idéntica a la que estaba Alex.
  –Deberían expulsar de la escuela a ese idiota –dijo frunciendo el ceño.
  –Estoy de acuerdo ­­–Respondió Diana observando la sala del hospital en que se encontraban, estaban casi completamente solos, a excepción de una mujer que se había volteado a observarlos con los ojos muy abiertos justo después de que Katty hablara–. ¿Quién es ella? –agregó en un susurro a Tania, que levantó su cabeza y se secó las lagrimas bajo sus ojos color musgo.
  Ella la observó, tenía el cabello largo y castaño, ojos café medio verdoso y una nariz muy refinada.
  –Es la madre de Andrew, ella le paga la escuela a Dan –respondió pestañeando repetidas veces.
  –¿Qué? ¿Por qué hace eso? –preguntó procurando no subir el volumen de su tono.
  Su amiga la observó dudando si responderle o no.
  –Dan es huérfano ­–dijo al fin­–. Su madre era muy amiga de la de Andrew.
  Diana la miró sorprendida.
  –¡¿Huérfano?!
  Katty que no había logrado descifrar los susurros de su conversación les lanzó una mirada extrañada.
  En ese momento un hombre de un escaso cabello negro entró en la sala de espera, usaba lentes y vestía una bata blanca.
  Al verlo Tania contuvo la respiración y le dirigió una mirada expectante.
  –Bueno, el paciente está bien, se rompió la nariz. No es nada grave, pero será necesario una intervención quirúrgica ¿Dónde está el tutor?
  La señora de nariz refinada se levantó en seguida.
  –Yo lo soy –dijo, su voz era solemne y tenía un aire imponente.
  –Usted acompáñeme –explicó al médico dirigiéndose a la mujer y se volteó dejando ver una creciente calva en lo alto de su cabeza, que intentaba disimular patéticamente peinando lo que le quedaba de cabello hacia un lado, se marchó seguido por la madre de Andrew.
   Se quedaron ahí esperando por bastante tiempo, todos ya estaban más tranquilos, pero de todas formas no podían, de vez en cuando, evitar sentirse asaltados por la preocupación al pensar que en ese momento estaban operando a Dan, al cabo de solo media hora, los parpados de Katty empezaron a caer y sus bostezos se hicieron tan continuos, y contagiosos, que finalmente se durmió apoyando su mejilla en la fria pared, mientras los demás seguían luchando contra el sueño y los nervios. De vez en cuando Alex le lanzaba a Diana alguna que otra mirada, ella se limitaba a sonreírle ampliamente.
  El tiempo seguía transcurriendo, habían estado así más de dos horas y cuando Diana sentía que ya no podía evitar ni un minuto más la tentación de ir hasta donde estaba ese fastidioso reloj y destruirlo de una vez, el doctor regresó, todos lo observaron de igual forma que antes.
  –Todo ha salido bien y creo que ya ha pasado tiempo suficiente para que pueda recibir visitas –dijo con calma–. Pero solo pueden ir uno a la vez y no demorar más de quince minutos
  Los miró desafiante, como si esperara que alguno fuera a protestar o a quejarse, pero como nadie dijo nada se marchó caminando por el pasillo.
  Alex miró a Tania.
  –Entra tu primero, yo voy después.
  Ella sonrió aliviada y se levantó, caminó por un corto pasillo y entró en sala a la cual había indicado el doctor.
  Dan estaba en una camilla, adormecido por la anestesia y un gran parche cubría la parte de su rostro en la que Andrew lo había golpeado.
  Tania se acercó a él y se arrodilló junto a su camilla. Comenzó a tocar suavemente las heridas con apenas la punta de sus dedos, éstas instantáneamente reaccionaban al contacto y empezaban a sanar rápidamente.
  –¿Dan, por qué hiciste esa estupidez? –Sonrió al ver su rostro algo más despejado, aunque seguía cubierto por el vendaje–. Fuiste muy valiente superhéroe
  Tomó su mano fuertemente entre la suya.
  –No lo suficiente, ni siquiera pude tocarlo –murmuró, Dan estaba apenas abriendo los ojos, Tania sacó de su bolsillo los lentes de él y se los colocó con cuidado, pero quedaron medio torcidos producto de el parche, aun así ambos sonrieron–. Tus manos están frias.
  Tania puso los ojos en blanco aliviada.
  –Claro que sí, me diste un susto de muerte.
  –Lo siento.
  Tania inclinó su cabeza y acercó sus labios a los de él, a pesar de lo pálidos que estaban, eran cálidos y delicados. Los dos comenzaron a sentir como una docena de mariposas revoloteaban frenéticamente dentro de sus estómagos y casi podían oír con toda claridad como los fuegos artificiales explotaban en el cielo. Ella se separó de Dan con los ojos llenos de alegría y apoyó su mejilla junto a la almohada de éste, mordiéndose su labio, tratando de saborear el beso solo un poco más.
  Dan observó el techo fijamente preguntándose si lo que acababa de ocurrir había sido real o mera obra de su imaginación.
  Tania no habló por un tiempo, aún trataba de grabar ese momento en su memoria lo más exactamente posible, de ese modo podría reproducirlo en su memoria cuantas veces quisiera. Suspiró antes de hablar, temía que el sonido de su voz pudiera romper la tranquilidad, pero sus palabras atravesaron en aire grácilmente.
  –¿Sabes? La madre de Andrew estaba en el hospital.
  –¿Enserio? –Dijo mirando al techo pensativo, su voz resonaba de igual forma que la de Tani–, debe querer matarme –empleó un tono preocupado, aunque no parecía sentirse así, la verdad era que poco le importaba, tal vez en otro momento de su vida habría sido un problema realmente serio, pero en ese momento no podía sentir nada mas que alegría y sorpresa.
  Tania le acarició el cabello, algo apesadumbrada, de alguna forma se sentía culpable por eso.
  –¿Qué vas a hacer con la escuela?
  –No tengo idea.
  –Pero ella no parecía enojada ­–le contó recordando a la mujer, no estaba muy segura de lo que decía, en el tiempo que salía con Andrew nunca sabía si estaba enojada o no–, más bien era como si estuviera… apenada.
  Dan lo pensó un momento, la madre de Andrew era una buena persona, mucho mejor que su hijo, pero de todas forma dudaba que se sintiera apenada por él, tal vez solo Tania la había interpretado mal su expresión. Se encogió de hombros y giró un poco la cabeza para sonreírle ampliamente a la chica, no quería que ella se viera afectada por sus problemas.
  Ella le respondió sonriendo del mismo modo y volvió a acercarse para besarlo.

  Alex y Diana giraron la cabeza al mismo tiempo, ambos algo sobresaltados, cuando la puerta de la habitación en la que estaba Dan se abrió y Tanía salió exhibiendo una sonrisa radiante, ni siquiera notó las manos unidas de Diana y Alex. Katty no reaccionó, seguía profundamente dormida.
  Tani se sentó junto a Diana, mientras Alex le dirigía una última mirada y se marchaba a la sala de Dan, ella lo observó irse y luego orientó su vista hacia su amiga.
  –¿Cómo está Dan?
  –¿Dan? –dijo sonriente–. Está perfecto.
  Diana no pudo evitar notar la euforia que su voz trataba de ocultar, sospechaba algo, o mas bien estaba casi segura, pero no sabía como plantear su pregunta.
  –Hum… –dudó estudiando a Tania con la mirada– y… ¿Qué es lo que pasó ahí dentro?
  –No entiendo de que hablas –respondió observando un desvaído florero que contenía unos igual de poco coloridos girasoles de plástico y fingiendo que éstas le interesaban mucho.
  Diana puso los ojos en blanco, eso solo era una confirmación oficial a cualquiera de sus sospechas, sin embargo le siguió el juego a su amiga.
  –Hablo ­–dijo modulando en exceso–, de la razón por la cual tus mejillas están sonrojadas, tus ojos tintineantes, tu aroma a lo que probablemente sea el perfume de Dan, y tu labial un poco corrido– finalizó señalando la comisura del labio de Tania.
  Ella se apresuró a limpiarlo, pero luego la miró con una sonrisa que decía ‘’¡Valla! Realmente me conoces’’
  –Impresionante –murmuró sorprendida ante la habilidad de su amiga.
  –Vista y olfato perfectos –mencionó tocando la punta de su nariz.
  Tania asintió y se encogió de hombros.
  –Ok, lo besé.
  Diana volvió a sonreír alegre.
  –¿Y Qué tal?
  –Fue lindo… como… –volvió a mirar el florero, ahora con aire soñador–. Como mariposas y fuegos artificiales. Perfecto ­–murmuró más para si misma y estiró sus brazos con cansancio–. Y ahora, cuéntame tu también.
  –¿De que? –se mofó Diana aunque una parte de si se sorprendió un tanto.
  Tania sonrió de una manera, probablemente, muy parecida a la que su amiga lo había hecho hace solo un minuto.
  –Del chico de cabello negro y sonrisa perfecta que acaba de entrar a ver a Dan.
  Tal vez ella no era tan detallista como Diana, y sinceramente, mucho mas distraída, pero de todas formas la conocía tan bien como Diana a ella.
  –¿Alex? –obviamente hablaba de él, pero prefería hacer el mismo papel  de Tania antes de hablar de lo que sentía.
  Tania rió, contenta de poder cambiar de papel y ser ella la interrogadora.
  Diana suspiró y decidió que era el momento apropiado para hablar.
  –Bueno… Me invitó a ver una película…
  Tania abrió mucho los ojos y se proponía hablar cuando su teléfono la interrumpió.
  Katty dio un salto, despertando ante el sonido del timbre de su amiga, miró a su alrededor desorientada por un momento y luego bostezó con cansancio.
  –Tienes que contármelo todo –exigió Tania apresuradamente mientras sacaba su teléfono.
  Ella asintió riendo por los nervios ¿Qué esperaba que le contara? Tal vez esperaba oír algo así como las meditaciones que había tenido luego de la fiesta, pero le parecían demasiado cursis para reproducirlas en voz alta.
  –¿Alo?
  –¡Hola Tani! Hey, oí lo de Dan ¿Cómo está?
  –Él está bien, ya lo atendieron –respondió con alegría y luego agregó con tono mas serio –¿Sabes algo de Andrew?
  –Hum… creo que lo van a expulsar, al parecer no era su primera pelea y… como sea solo te llamaba porque Freddy estaba preocupado, se sentía algo culpable, pero ahora está mejor –Tania sonrió y asintió como si la persona con la que hablara pudiera verla–. Bueno y yo quería saber si la hermosa Katty estaba por ahí.
  Tania no dejó de sonreír, por fin se sentía segura sin Andrew merodeando por la escuela.
  –Está bien, te la paso enseguida –levantó su celular– llamada para la hermosa Katty.
  Ella sonrió y tomó el teléfono algo sonrojada.
  Tania se volteó para seguir hablando con Diana mientras su otra amiga se alejaba para poder hablar por teléfono en paz.
  –Por favor llama a Alex, expulsaron a Andrew y necesito que Dan lo sepa.

11 comentarios:

  1. muuy buen capii espero el siguiente impacientemente :)
    Un SaludoO

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  2. ola perdona que te deje aqui el mensaje pero el chat no te va.

    Tengo una historia en mi blog, ya hay publicados 18 capis, tu tranqui poco a poco ya los iras leyendo, se llama: Los Guerreros de la Luz.

    Espero que te guste.

    Saludis vampiresa

    PD: Cuando pueda también te leere tu historia.

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  3. ola ola gracias por pasarte, cuando pueda subire mas capis , de momento no, tengo que cuidarme de una operación muy delicada. pero de momento estoy bien, un poco incomoda pero bien. cuando pueda como les he dicho a mis demás seguidoras, ya os leere.

    saludis vampi

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  4. Muy bueno en verdad.. Espero Publiquen muy pronto el próximo capitulo.... :D

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  5. ola olaaaa. me ha encantado el capi. me ha gustado muchisimo.

    te aviso de que tengo nuevo capi calentito de los guerreros de la luz.

    saludis vampi

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  6. Como siempre: me encató! que dulce el beso de Tania y Dan, lo amé. :$ Sencilllo pero perfecto, así suelen ser las cosas.
    Ahora ya no sé si decir que no expulsen a Andrew o si apoyar eso, aclaro que lo digo por que su madre estaba arrepentida, sólo por eso, pero como Andrew aparte de ser un tonto y cobarde, se lo merece.
    Besos y gracias por avisar, leeré siguiente y comentaré ;) http://sol-crepuscular.blogspot.com/

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  7. la pareja de tania y dan es mi preferida!!
    me encanta
    estuvo genial el cap
    y ese beso!
    tannn romantico

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  8. la pareja de dan y tani promete me facina sigan asi

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  9. ¿X k pone:

    -Por favor llama a Alex, expulsaron a Alex y necesito que Dan lo sepa...?.

    ¿No fue a Andrew al k expulsaron?, ya m lo aclarareis... Saludos y sigo leyendo!.

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  10. creo que Andrew le pegó muy fuerte al podre Dan :( como para que llegara al hospital, pero es muy tierno que Tania se preocupara por él :)
    escriben muy lindo chicas, las felicito como siempre, y espero que sigan así
    *ya quiero saber que pasará entre Alex y Diana

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  11. Gran capitulo. Me senti identificada con el miedo a las agujas y objetos punzantes de tania, creo que esa fobia se llama beleneofobia.
    Escriben muy bien, siga así.

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