martes, 31 de mayo de 2011

Capítulo doce

  ¡Por fin, por fin, por fin! Por fin terminamos de escribir este capítulo!!
  Perdón por haber tardado tantoo, pero lo tuvimos que volver a escribir entero u.u... Lo importante es que ya está listo :)  Éste es uno de los capítulos más importantes del libro, así que esperamos que les guste.
  Vamos a estar esperando ansiosamente sus comentarios.


         El baile
E

ra un día sábado… o mejor dicho él día sábado.
 Diana se arreglaba, si el baile comenzaba a las ocho cuarenta, debía estar lista en 10 minutos, se arregló su rubio cabello en un gran rodete y, como detalle final, se colocó al cuello su colgante favorito, que tenía una pequeña piedra transparente y que a la luz brillaba de una forma que a ella le encantaba.
  Estaba lista, suspiró y miró por su ventana, la luna menguante le recordaba mucho la noche de hace unas semanas atrás que había salido con Alex a la fiesta de Heioupi, eran casi idénticas a excepción de que el lado visible era esta vez el contrario y de que en ese momento se vislumbraba tan enorme, cerca y brillante que Diana tenia la impresión de que le bastaba estirar el brazo para ser capaz de rozar su superficie con la punta de sus dedos, o tal vez esa sensación se debía a lo plenamente feliz que se encontraba, era la primera vez que iba a un baile con alguien que le gustara tanto como Alex, con él todo era diferente, a pesar de que aun no sabía el porqué, pero la sensación que le provocaba no parecía tener intenciones de desaparecer o disminuir solo que ahora ya no le producía temor, sino mas bien la intrigaba.
  El sonido del aparcar de un auto frente a su casa la sacó de sus pensamientos, Al mirar hacia abajo vio a Alex acercándose a su hogar, le extrañó un poco ya que él aún no había conseguido su licencia de conducir, aún así bajó para abrirle.
  Apenas salió Alex le sonrió ampliamente a modo de saludo, a pesar de que llevaban dos maravillosas semanas juntos, Diana aun no era capaz de acostumbrarse a lo hermosa que era su sonrisa. Ella también le sonrió, claro que la suya se veía patética incluso al lado de cualquier otra, pero en ese momento no importaba, estaba feliz y esa forma de saludar para ella valía más que cualquier otra.
  –Vamos –dijo Alex al tiempo que tomaba a Diana de la mano, luego de observarse el uno al otro alrededor de un minuto–. Contraté un chofer para que nos lleve, es conocido mío.
  Diana lo siguió hasta el coche donde se sentaron cómodamente en el asiento trasero.
  –A la escuela Raúl –le pidió Alex por favor al chofer, un hombre de un gran bigote.
  –En seguida señor –respondió Raúl con voz chillona y un extraño acento extranjero que Diana reconoció como latinoamericano.
  Luego de eso Raúl sonrió enormemente y encendió el motor para dirigirse al baile.




  Bel observó detenidamente la escena que se desarrollaba delante de sus ojos. El gimnasio de la escuela estaba completamente lleno de gente, mucha más que la de los años anteriores había llegado a imaginar que podían caber ahí sin colapsar el lugar. Por un momento la perspectiva de adentrarse ahí le asustó un poco, lo cual era muy raro para ella, ya que siempre le habían encantado las fiestas, y mientras más grandes y ruidosas mejor, pero ahora se sentía nerviosa. Tal vez se habría quedado eternamente en el marco de la puerta si Peter no la hubiera tomado de la mano y tirado suavemente, animándola a entrar.
  Comenzaron a bailar, Bel no podía negar que se sentía completamente a gusta en los brazos de Peter, como no había logrado sentirse en ningún lugar durante el último tiempo, sin embargo un extraño presentimiento la invadía, y no era capaz de localizar la razón, realmente lo llevaba percibiendo desde hace una semana pero en esa noche estaba más claro que nunca.
  Por más que se esforzó en averiguarlo no logró saber cuanto tiempo bailó con Peter, solo entendía que de esa forma lograba relajarse un poco.
  –Bel –dijo Peter en un momento­–. Sé que te conozco desde hace poco… pero realmente he llegado a confiar mucho en ti.
  Ella apenas logró disfrutar una milésima de segundos la realidad de esas palabras, por que luego el sentimiento que la atormentaba ese día la golpeó con aun mas fuerza, permitiéndole darse cuenta de lo que era… culpa.
  ¿Ella sentía culpa? Se le hacía extraño. Claro, le había  mentido a Peter, pero solía mentir y no sentía pudor alguno y sin embargo ahora no le permitía levantar la cabeza y mirarlo a los ojos. Tampoco sus tíos sabían lo que le ocurría, no había querido decírselos, pero esto era diferente, Peter le acababa de decir que confiaba en ella, sus tíos ya había dejado de hacerlo hace mucho, no quería defraudar a nadie más, no a él.
  Obviamente éste no pasó por alto que algo le ocurría a Bel, que se había quedado rígida y tenía la cabeza gacha, ocultando su rostro entre sus largos rizos castaños.
  –¿Bel?
  –Peter… –comenzó, pero no supo que decir ¿Iba a mentir de nuevo? No, claro que no… ¿O si?
  Intentando decidir su gran dilema interior, trató de levantar la vista para poder encontrar en los ojos de Peter alguna respuesta, pero le era imposible, la vergüenza hacía ella misma no se lo permitía. Debía contárselo ¿Pero cómo? Tal vez después de eso ni siquiera quisiera verla nunca mas… y sin embargo en el fondo sabía muy bien que tenía que hacerlo, porque nunca se permitiría seguir haciéndole daño de esa forma.
 –¿Podemos salir a hablar un momento afuera?
  Él no dijo nada, solo la siguió. Cuando salieron aún no era capaz de mirarle a la cara, tal vez así lo haría mas fácil, pero no, no podía encontrar palabras “suaves” para explicar lo que le sucedía, por eso mismo tomó la decisión de que lo diría tal cual y luego tendría que asumir lo que pasara.
  –¿Qué es lo que te ocurre Bel?
  –No he sido sincera contigo, tal vez no es bueno para ti tenerme tanta confianza –dijo con el tono más decidido que fue capaz de utilizar– ¿Recuerdas ese día que me encontraste llorando? –no esperó la respuesta para continuar–. Bueno, si había peleado con mi ex-novio, pero no por la razón que te explique, la verdad es… –tomó un poco de aire–, la verdad es que yo voy a tener un bebe de él y… y, bueno, el dijo que no lo quería… yo no te lo había dicho antes… por… –trató de explicarle mas específicamente pero todo lo que salió de su boca fueron balbuceos imposibles de entender para cualquier persona.
  A pesar de lo mal que se sentía en ese momento, solamente después de decirlo tuvo la fuerza para alzar la mirada y buscar el rostro de Peter, pero ahora era éste quien la desviaba.
  Ella sintió que se daba por vencida ¿Qué mas podía esperar él luego de que le contara tal noticia? Sabía que no iba a ocurrir nada mas y le dolía que así fuera, pero al menos había sido sincera.
  –Se que debes estar desilusionado de mi –murmuró muy despacio–, pero no podía seguir mintiéndote ni un minuto más, lo siento.
  Iba a marcharse, no quería seguir ahí, aunque tampoco quería alejarse de Peter, pero suponía que era lo mejor. Ya se había alejado unos pasos cuando pudo oír que la alcanzaba y la detuvo tomándola por el brazo, Bel se volteó y al fin sus miradas coincidieron.
  –No te voy a dejar sola –le dijo Peter para incredulidad de Bel, pero sabía que estaba siendo sincero y no había cosa alguna que pudiera alegrarla más que eso, o es pensaba hasta que Peter se acercó a ella y la besó en los labios.
  En ese momento pensó que no había nada de que preocuparse, si él era capaz de seguir queriéndola incluso después de saber la verdad, no necesitaba nada más para ser feliz.
  Se quedaron un tiempo hablando con calma, Bel fue completamente sincera, luego de eso entraron, iban a bailar un poco más, pero Maribel vio a Moni y supo que no podía retrasar más el momento de hablar con ella, debía aprovechar al máximo el repentino valor que le había dado la aceptación de Peter y necesitaba cuanto antes ponerle un alto a la conducta de la que una vez había sido una de sus mejores amigas.
  Le pidió a Peter que la esperara y se fue caminando con calma hacia Moni, estaba sentada y ni siquiera paraba de hablar para respirar, a su lado Sam, quien era su pareja de baile, tenía cara de estar increíblemente aburrido ante el incesante parloteo de Moni. Sin embargo cuando ésta vio acercarse a Bel se calló de golpe. Sam, que tardó unos segundos en darse cuenta, observó la situación y aprovechó la oportunidad para escabullirse de ahí cuanto antes.
  –Moni, necesito hablar contigo un momento –le pidió Bel al llegar a su lado.
  Ésta la fulminó con la mirada antes de responderle con voz hostil.
  –Yo no tengo nada que hablar contigo.
  –¡Claro que sí! –protestó–. ¿Por qué le contaste a Diego lo que me pasaba? Eso era un tema entre él y yo, no tenías por que entrometerte.
  –¡Diego tenía que saberlo, merecía saberlo! –exclamó Moni, aunque trataba de cuidar su volumen, y se puso de pie furiosa–. Y nadie mas que yo podía decírselo, por que sabía que tú nunca lo harías, eres demasiado cobarde, siempre lo has sido.
  Bel no tenía la intención de pelear con Moni, pero no soportaba que se comportara de esa forma.
  –¡Ya basta! ¿Tú crees que esto es algo que me gusta? ¿Que no me arrepiento? ¿Crees que voy a estar feliz teniendo que cuidar de un bebe completamente sola? No es todo tan fácil como tu crees.
  –Estaba claro que lo ibas a tener que hacer sola –dijo Moni soltando todo el odio que guardaba dentro–. ¿O pensabas que Diego iba a querer ayudarte a cuidar esa cosa?
  Eso era todo lo que Bel iba a soportar, era obvio que nunca lograría sacar nada productivo de esa conversación y no se iba a quedar ahí para que Moni insultara a su hijo.
  –Ahora que lo pienso –murmuró Bel con voz calmada–. Diego y tú son el uno para el otro, ambos son patéticos.
  Dicho esto, le dio la espalda a Moni y escuchó como ésta sucumbía al llanto, se volteó para mirarla con incredulidad, pero ya había echado a correr. Bel llegó a la conclusión de que jamás la entendería, la mente de Moni era un lugar demasiado extraño para ella. No le dio muchas vueltas al tema por que recordó que en algún lugar de la fiesta Peter la esperaba.



  Diana logró ver entre la gente que bailaba animadamente a Moni llorando desconsoladamente y a dos chicos, que tenía entendido se llamaban Brian y David, tratando de consolarla o hablar con ella. Observó la imagen por unos segundos y luego el mar de gente la cubrió tapándole la vista. Se volteó de inmediato, jurándose que no se crearía problemas tratando de saber lo que había ocurrido, hoy todo le estaba saliendo de perfecto como para arruinarse sin razón.
  Continuó su camino hacia fuera del gimnasio donde Alex la esperaba al notar que ella se había retrasado.
  En el patio de la escuela había mucha menos gente que dentro y la música se oía a un volumen bástante más agradable.
  La noche estaba preciosa, la misma luna que Diana había visto desde su ventana brillaba con una intensidad casi cegadora, la brisa era suave y fresca y el césped estaba completamente cubierto de hojas en tonos anaranjados, haciendo honor al nombre del baile, costaba mucho creer que ese lugar tan magnífico fuera la misma escuela a donde asistía todos los días.
  Corrió hasta llegar junto a Alex para tomarle la mano firmemente. Él se volteó a observarla con ojos alegres.
  –Me encantas – dijo antes de depositar un beso en sus labios y abrazarla por el cuello. 
  Diana sintió que algo frio se deslizaba por su cuello, se alejo de Alex y observó el destello de su collar que caía, quedando semienterrado entre las hojas.
  –Yo lo recojo –se apresuró él con una sonrisa y se agachó para tomarlo.
  Diana se volteó, haciendo un lado con la mano unos pocos cabellos que caían de su rodete sobre su delgado cuello, para que Alex le colocara el collar.
  –Diana… ¿Qué es eso? –preguntó Alex con una voz extraña.
  –¿Qué cosa? –Dijo ella sin entender a que se refería y se asusto un poco pensando que tendría alguna especie de insecto gigante atrás de su cabeza.
  –Esa cosa –murmuro él al tiempo que Diana sentía sus dedos justo debajo de su cuello y entonces supo de que hablaba, la marca que tenía en su espalda, la misma que había “heredado” de su madre.
  –Es solamente un tatuaje –respondió con naturalidad que ocultaba su nerviosismo, se lo habían preguntado ya varias veces en su vida, pero un así no podía evitar ponerse tensa e instantáneamente dirigir su mano para levantar un mechón de su cabello y comenzar a retorcerlo entre sus dedos.
  No hubo respuesta por parte de Alex durante unos instantes en los que ella se aseguraba de que no había habido ninguna duda en su voz al responderle o algo que indicara que estaba mintiendo, pero estaba segura de que había sido completamente creíble.
  Cuando él habló su voz se pudo escuchar aún más extraña que antes, sin embargo lo más sorprendente no fue eso, fue lo que dijo, que incluso logró dejar sin habla a Diana por el impacto.
 –Diana no soy estupido... sé perfectamente que esa es la marca de un vampiro.
  Ella no se movió ni un centímetro, su cuerpo y mente estaban momentáneamente en estado de shock y un torrente de dudas surgía nublándole el pensamiento.
   –¿Qué tontería estás diciendo? – preguntó, pero esta vez su voz no logró adoptar el mismo tono que antes, fue apenas un leve y tembloroso murmullo. Nada en esa situación tenía sentido para ella ¿Cómo…? ¿Cómo podía Alex “saber perfectamente” algo de lo que se suponía las personas normales no podían tener idea? La única explicación lógica que podía encontrar era que él fuera como ella, pero eso era imposible, claramente se habría dado cuenta… sin embargo la duda la embargaba.  
  Se volteó para poder ver la expresión en el rostro de Alex, pero siguió sin poder hallar respuestas, solo un dolor profundo la atravesó.
  –¿Cómo sabes eso? –musitó después de determinar que si averiguaba la respuesta de eso, podría también encontrar la del resto de sus dudas.
  –Diana –dijo él, sin parecer haber oído la pregunta–, no podemos seguir saliendo.
  No logró entender la razón por la cual lo decía pero la magnitud de su significado la golpeó cruelmente.
  –¿Por qué? –exigió saber desesperada–. Alex, no entiendo nada.
  Él la observó unos pocos segundos, también había sufrimiento en su mirada.
  –Por la enemistad de nuestras familias –al escuchar esto la mente de Diana comenzó a elaborar una respuesta justo al mismo tiempo que la escuchaba– Yo soy un hombre lobo Diana.
  A pesar de haber escuchado con completa claridad, solo lograba entenderle menos que antes porque le costaba creer lo que oía. Sus recuerdos se trasladaron años atrás, recordando la historia que su madre les contaba a ella y su hermano cuando apenas lograban entender lo que les decía  y cuando para ellos no eran mas que palabras fantasiosas y sin embargo se la habían repetido tantas veces a lo largo de su crecimiento que formó parte permanente de su memoria, la historia sobre la gran guerra que había existido entre sus abuelos y los hombres lobo en la que habían muerto tantos de ellos como de los otros, generando una enemistad que duraría para siempre.                                       
  –¡Diana reacciona! –exclamó Alex sacándola de su ensimismamiento producido por el impacto–. No podemos seguir con esto.
  –No me importa –murmuró, no lo premeditó antes de decirlo, pero estuvo completamente segura de que era cierto, no le importaba.
  –No se trata de eso ¿Sabes que pasará si alguien de nuestras familias se entera?
  Diana pestañeo un par de veces, si alguien se llegaba a enterar, obviamente sería un desastre total, pero no podía darse por vencida tan fácilmente, alejarse el uno del otro era solo la solución más simple y cobarde.
  –Tú no aceptas lo que soy –dijo enojada, era su única explicación.             
  –Claro que sí, eso no tiene nada que ver –respondió mientras negaba con la cabeza–. Si te llega a pasar algo malo por culpa de esto, yo no me lo perdonaría.
 En ese momento Diana se comenzó desesperar, no podía ser cierto que estuviera ocurriendo algo así, pero lo era y su vida daba un giro de ciento ochenta grados en tan solo lo que duran unos segundos, de repente tenía miedo y su futuro, hasta el momento tan feliz como su presente, se volvía incierto y lúgubre.
  –No… Alex, te necesito… te quiero –murmuró.
  Alex se acercó a ella, acabando con la poca distancia que los separaba y atrajo el rostro de Diana hacia el suyo para besarla tiernamente. Ella no lo soportó mas y unas gruesas lagrimas se derramaron por sus mejillas, todo eso era más de lo que ella podía aguantar, pero no tenía escapatoria.
  –Yo también te quiero –dijo en el momento que se separó de ella–. Por eso mismo no puedo permitir que te ocurra nada por mi culpa.
  Luego de decir eso dio media vuelta y se alejó hasta perderse en la oscuridad, dejando a Diana sola, completamente sola como nunca en su vida

13 comentarios:

  1. ¡NO PUEDE SER! ¿enemigos naturales? eso.... bueno, eso explica la portada de la espalda con tauaje ;) jeje pero aún no me la puedo creer.... ¿Diana y lo sabía? O.O
    Bueno, no todo es malo, ya que al menos Bel fue aceptada por Peter ^^ eso es muy dulce y bueno de su parte aunque sigo sin entender la actitud de Moni, ójale y eso lo aclaren después....
    Yo también acabo de publicar nuevo cap de El diario de Renesmee y digmos que también hay una fea desilución :S
    Besos a las tres!!

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  2. Me ha encando me abeis dehado Ö! quiero saber mas quiero el proximo capitulo ya!
    muchas gracias por avisar^^ un besoo

    PD: yo ya tengo el 3º cap de ladrones:)

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  3. O.o *.*
    no pueden estar hablando en serio??
    dios mio!!!
    un hombre lobo?? una vampira??
    pero por dios nunca nunca me lo imagine
    es que aun no lo creo
    al principio supe que este libro era algo misterioso pero ni en sueños pense que tanto!!
    ----------------------------------
    me encanto peter !! es tan tierno es lo que bel se merece bueno chicas como siempre fue un gusto nos estamos leyendo besos!

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  4. Hola!!!
    WOW!!!! Me quede...0.o...Increíble capitulo… muy, muy bueno…!!! Ni siquiera me lo imagine.
    Muy buena historia….GENIAL!!!
    Besos, ciao…^^

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  5. Muy buen capitulo te mando un beso y te deseo un buen fin de semana

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  6. Dios que buen capitulo!!!!! oisss me encanta Peter!! :)Me encanto este enserio!!!

    Bueno yo también e colgado cap pasate si quieres :)
    Un Saludo!!

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  7. ¡Oh!, k final más triste... pero cómo k ella es vampira?, en ningún momento se dice que beba sangre o que no pueda salir a la luz del sol... o es k aún no lo es y está esperando a la transformación o algo parecido?. Y el hombre lobo... k sorpresa!, creía que él era el vampiro, jajja.

    Bueno chicas, buen trabajo una vez más... ahora toca que os deis prisa y publiqueis pronto otro capi, ejjeej.

    Saludos y besos, muak!.

    Ah!, y Peter se ha comportado como todo un caballero, un aplauso para él!. Bye!!!

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  8. Oh DIOS MÍO!
    Pero bueno, ya que por fin me actualizo con la historia, me he echado a llorar!
    ¡Es una vampira! O.O Y él.. ¡Un Hombre Lobo!
    Vale..¡qué vueltas da esto! Me encanta!

    Y por eso los viernes..aja irán de caza o algo por el estilo para juntarse la "manada" ¿no?

    UF! Qué pedazo de historia chicas, me encanta y al igual que las demás os ruego: publicad pronto!

    Ey que se me olvida comentarlo..Peter, me encanta aish va a estar ahí con Bel! Y yo tampoco comprendo a Moni.

    Besos!

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  9. RONIMAR DICE...

    QUE BUENA ESTA LA HISTORIA AMO A PETER
    ESA MONI NO XD
    TE FELICITO

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  10. ooooooooooooooohhh!!!!! que emocionante e impactante.

    como pude ser eso, ella vampiraaaa?????
    increible, que bien guardadito se lo tenia.
    que fueeeeerteeee!!!!! no me lo puedo creer. pero es asi.

    y me ha parecido muy sensible y triste el final.

    que pasara? que les sucedera a los protas?

    espero a los siguientes capis encanto

    saludis vampiresa

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  11. NO ME LO ESPERABA PARA NADA!!!!!!
    buaa.... en serio.. me acabáis de dejar patidifusa...xDD

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  12. ¿que rayos????? hay ahora si me mori!!!!

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  13. O.o un hombre lobo y una vampira??
    Nonca me lo habria esperado.
    segir asi chicas, muy buena la historia

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