miércoles, 13 de julio de 2011

Capítulo dieciocho

  Holaa!!!
  Gracias a todas las personas que nos dejaron su comentario en el ultimo capítulo, y gracias a todos los que leen nuestra historia :)  Aquí va el capítulo dieciocho.


         El reencuentro
D

emoró un momento en reaccionar, mientras se sentaba en su cama sacó su teléfono celular de su bolsillo. Tenía frio, demasiado frio para ese día oscuro y lúgubre. Y miedo, nunca antes en toda su vida había sentido un miedo tan grande y auténtico como en ese minuto.
  –¿Diga? –dudó mientras contestaba su celular, podía sentir en sus labios como le temblaba la voz, sus manos también lo hacían, a pesar de que tratara de controlarlo.
  –Diana –era Derek, lo reconoció enseguida y el tono que ocupaba parecía bastante al del día anterior, inexpresivo, como si ya no quedara nada de vida en él.
  Ella esperó que hablara, que le dijera la razón de su llamada, aunque demoraba mucho, casi una eternidad, o eso le pareció.
  –Lo encontraron –por nada más que un pequeño segundo Diana fue capaz de sentir alivió, pero no duró más allá de eso, la voz de Derek ya ni siquiera podía ocultarse tras la inexpresividad su miedo y tristeza, no podía estar anunciando nada bueno con esa voz.
  –No… –musitó, en un tono tan bajo que probablemente nadie habría sido capaz de oír mas que ella misma. Sentía como si su corazón se hubiera congelado, permaneciendo cubierto por una fría y terrible capa de hielo.
  –Él está… está… –Derek intentaba terminar la frase, pero no podía, no podía pronunciar las palabras, porque lo hacía sentirse como si el mismo diera la sentencia final, las palabras se le atoraban en la garganta.
  Y Diana mucho menos era capaz de ser quien las escuchara. Alejó el teléfono de ella y sin ser suficiente lo arrojó. Éste dio un fuerte golpe contra la pared y cayó al suelo produciendo otro gran ruido. Pero a ella no le molesto, es más, era eso lo que esperaba, que todo estallara en un estruendo tan enorme que lograra ahogar el hilo de sus pensamientos, pero nada podía hacerlo.

  El día que se observaba por la ventana parecía tener escrito en su grisáceo cielo que estaba a punto de llover, reflejando a la perfección el estado de ánimo de Diana ese día.
  Sintió los pasos de alguien subiendo por la escalera, por el ruido que producían supuso que era su madre.
  –¿Diana? –murmuró tocando con los nudillos el marco de la puerta abierta.
  Ella se volteó ligeramente para observarla y luego se secó con la mano una lágrima solitaria que caía lentamente por su mejilla. Ni siquiera se había dado cuenta de que estaba llorando, pero por la humedad de sus mejillas supuso que ya hacía tiempo que había comenzado, eso no le gustó, ya estaba cansada de llorar ¿Cómo era posible de que aún le quedaran lágrimas? Había llorado toda la tarde del día de ayer y toda la noche. No lograba entender como no tenía nada de sueño, ni siquiera había sido capaz de cerrar los ojos por más de cinco minutos.
   –Cariño –continuó ella mientras dejaba caer su mano sobre el hombro de su hija– ¿Vas a venir o no?... Digo, solo si quieres, claro.
  No supo que responder, faltar al funeral de su mejor amigo le parecía algo de lo que probablemente se arrepentiría toda su vida, y estuvo a punto de murmurar que sí para contestar a su madre, pero antes recordó todas las cosas que asistir implicaba; la gente, los recuerdos, tener que ver el ataúd…
  –No lo sé –dijo, que fría y ajena a ella sonaba su voz, se parecía a la de Derek el día que había visitado su casa ¿Así era como se sentía él en ese momento? como si el dolor estuviera fuera de ella, observándola, atento a que bajara la guardia, pero tan real y tangible como las cosas que la rodeaban dentro de su habitación... De todas formas, no quería recordarlo, de nada le servía, excepto para hacerla derramar más lágrimas.
  –Está bien, voy a ir –decidió finalmente, no estaba cien por ciento segura, sabía que de no ir lo lamentaría, el problema estaba en no saber si luego lamentaría haber ido.
  Su madre se marchó de allí sin decir nada más. Diana se lo agradeció en su mente, ella la conocía y sabía que cualquier cosa que dijera solo podría hacerla sentir peor de cómo ya estaba.
  Se limitó a abrigarse con una chaqueta de color oscuro y bajó para subirse al auto de su padre. Todos los de su familia iban a asistir, incluso Mike, que le dirigió una mirada de preocupación cuando ella se acomodo en una orilla del asiento trasero y dirigió su vista hacía la ventanilla para no tener que verlo.
  El lugar del entierro al menos tenía un aspecto agradable, no se parecía en nada a los lugares terroríficos que describen en las historias como cementerios. El pasto estaba bien cuidado, crecían arboles por doquier y los brillantes colores de las flores llamaban la atención desde todos los ángulos, a pesar de ser un consuelo muy pobre, a Diana le reconfortó un poco, sólo un poco.
  La ceremonia no fue ni demasiado corta ni larga, pero Diana no podía evitar sentirse claustrofóbica a pesar de estar en campo abierto. “No lo mires, no mires el ataúd” se repitió eso una docena de veces, pero no pudo evitar imaginarlo con una aterradora exactitud que la hizo ahogar un débil grito.
  Pudo ver a la madre de Sam, estaba sola, no había rastro de Derek por ningún lugar. También vio a Tania, está tenía su rosto enterrado en sus manos, dejando caer su cabello sobre sus hombros.
  Ya no lo soportaba, respirar se hacía cada vez más difícil y doloroso, finalmente optó por hacer lo mismo que su amiga y oculto su rostro entre ambas manos hasta que el funeral llegó a su fin, a pesar de eso no lloró y se prometió que no lo haría.
  –Me iré caminando a casa –le dijo ella a su padre cuando ellos se dirigían hacía el auto–. Necesito dar un paseo.
  Era verdad, realmente necesitaba salir a caminar, y la mayor razón era que no quería llegar a su casa tan pronto.
  –Llévate un paraguas –respondió él sin oponerse, ofreciéndole uno de color negro–. Estoy seguro que va a llover.
  Diana lo tomó y se fue caminando con paso lento y tranquilo, su casa no quedaba muy lejos por lo que no tardo más de media hora en llegar, sin embargo aún no quería entrar. Sabía que los pensamientos la invadirían más fácilmente mientras estuviera recluida en su cuarto, más cuando en su pared estaban pegadas las fotografías que atesoraban tantos recuerdos.
  Delante de su casa había una pequeña plaza en la que solía jugar de pequeña. Caminó hasta el centro de esta donde había una vieja fuente que nunca funcionaba, rodeada por pequeñas bancas.
  Diana se sentó en una de ellas y le pareció que alguna vez había visto esa fuente con agua en movimiento. Si, apenas podía recordarlo, había sido hace tanto tiempo, allí alguna vez había jugado con Sam y Bel ¿O con Sam y Tania?...
  Era imposible, los recuerdos no estaban solo en su cuarto o en las fotografías, estaban en todos los lugares que conocía.
  Todas las lágrimas contenidas le vinieron de golpe, dejó caer el pequeño paraguas y apoyó su rostro en las palmas de sus manos. Esta vez no se contuvo, sabía que si lo hacía después se sentiría peor.
  Cuando el sol cayó, pensó que nunca antes había llorado tanto en su vida. Sintió como alguien se sentaba a su lado en la banca y pensó que tal vez debería sentir miedo, pero no lo quedaron fuerzas para levantar la vista y cerciorarse de quien era.
  –¿Diana? –susurró una voz a su lado, una voz que ella conocía muy bien, pero que no habría esperado oír en ese momento.
  Se preguntó si estaría teniendo alucinaciones. Parpadeó una docena de veces antes de ser capaz de dar crédito a lo que sus ojos veían. Él estaba allí, tan real como el resto de ese pequeño parque. Era Alex.

12 comentarios:

  1. no me la creo todavía, sam esta muerto, me caía tan bien pobre de diana debe estar devastada, me gusta q alex este con ella al fin aunque una situación tan triste sea la causa...un beso!!!

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  2. Ah chicas se me empañaron los ojos T^T
    ¡No me puedo creer que hayáis matado a Sam! Por Dios, que tristeza la de Diana..pero, ¡ahora va a hablar con ella Alex?! Después de lo que ella ha sufrido por él y ahora por Sam! Joder me extreso yo sola aquí !

    A ver si aunque sea, él logra consolarla un poco.
    Espero pronto un nuevo capítulo!
    Besos!

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  3. T.T!!!!!!
    dios mio! muerto MUERTO?! hablan enserio?
    wooo pero que como donde por que??????????
    y alex acchhhh no se no se pero no quiero
    pensar nada malo del... besos chicas nos
    vemos pronto

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  4. No MANCHEESS. COMO QUE MURIO SAM???????? NOOOOO ,y yo ek iia lo estaba keriendo. No manchees!!! pero bueno. esperare el siguiente cap

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  5. Muerto? hablan en serio? Hai no se que decir, me puse muy mal. pobre diana :(

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  6. no sam no pudo haber muerto !!!! :c

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  7. Guaooo....muy triste tengo que decir...me dio mucho pensar por Diana...esta increible, Besitos Siria...;)

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  8. ufff aqui estoy yo... tarde y un poco perdida en la historia pero ya llegare... me gusto tu cap y me dio pena Sam... :( te sigo linda!! besitos!!

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  9. NO SE ME PUEDE HABER MUERTOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!
    Me niego. Lo siento pero me niego en redondo. No puede ser que se haya muerto Samuel Jones. No, no y no. Esssseee Aleex! Siempre aparece en el momento más oportuno. xD. Bueno... quiero saber que le pasó a Sam y que en realidad no ha muerto... T^T

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  10. Yo tambien estoy con las chicas. NO PUEDE HABER MUERTO SAM!!! o sí? Bueno, en la vida real ésto es lo mas frecuente: que las mejores personas siempre se van, pero XD NO PUEDE ESTAR MUERTO!!!
    en fin! me secaré las lagrimitas y esperaré a ver que es lo que ocurre. Pobre Diana, Sniff!!

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  11. este capitulo me arrugo el corazon pobre sam el no puede morir no confio en alex me da mala espina
    las felicito niñas por su historia sigan asi besos....
    Ronimar................

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  12. TT.TT Es un poco raro pero creo pienso casi lo mismo que Ronimar.... Alex me dio un poco de mala espina :S o no sé por que aún no me puedo creer que Sam esté muerto!! Ya ni sé si quiero saber la causa o cómo fue pero se me hace casi bizarro que se haya suicidado, no se la creo... :O
    NO NO NO NO, Sam no debió morir... ¿o sí? ¿? (Shock time)

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